Entrevista

Foro Social en África: entre la pobreza y la fantasía

El trabajo justo y digno y la pobreza relacionada con la cancelación de la deuda son los dos temas centrales del Foro Social Mundial, que esta vez se realiza en Kenya. “África terminó de dar la globalidad a un movimiento de ciudadanos de la sociedad civil que tienen intereses similares no limitados a América Latina, Europa y Estados Unidos”, evaluó, desde el lugar del encuentro, el periodista Mario Lubetkin.

EMILIANO COTELO:Este fin de semana comenzó la séptima edición del Foro Social Mundial (FSM), que en esta ocasión tiene la particularidad de que el anfitrión es un país africano, Kenya.
El Foro se inauguró el sábado y va a continuar hasta el jueves próximo.
ELISA LIEBER:Se inauguró con una marcha que partió desde Kibera, un barrio de viviendas precarias en Nairobi, que es el más grande de África. Se vieron algunas imágenes impresionantes por televisión. Había una cantidad de gente con banderas multicolores. En total, participan unas 50.000 personas en este Foro, que tiene un alto valor simbólico por ser el primero que se celebra en África.
EC - Sobre el contenido de este Foro Social de Nairobi y sobre el futuro de estos Foros que ya se han vuelto tradicionales, vamos a conversar con Mario Lubetkin, director general de IPS, que se encuentra en Nairobi, Kenya.
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EC - ¿Es tu primera experiencia en Kenya?
MARIO LUBETKIN:Sí, es la primera vez que vengo a Kenya.
EC - ¿Cómo está Nairobi a estas horas?
ML - Con mucho calor. Aquí son las 13.30. Debe haber entre 26 ºC y 28 ºC, sopla un viento como el de Montevideo, que quema mucho, y en el marco de esta fiesta multicolor que es el FSM, con mucho colorido, porque es parte de la tradición africana.
EC - Las deliberaciones, los debates, ¿tienen lugar al resguardo de ese calor? ¿Hay ambientes con aire acondicionado, con comodidades? ¿Cómo es la cosa desde el punto de vista logístico?
ML - Sin duda es el FSM con mayor pobreza logística y con mayor fantasía para resolver los problemas. Por ejemplo, hace unos meses pensaban construir una ciudad del FSM como aconteció en la última edición en Porto Alegre en 2005 y en la edición en Mumbai en 2004. Por razones económicas no lo pudieron hacer y alquilaron el estadio, que no es tan grande como el Centenario pero es al menos como el Tróccoli. Resolvieron todo el funcionamiento del Foro dentro y fuera del estadio de una forma muy original: techaron con lonas todas las tribunas y las subdividieron con telas para crear salas de reunión, salas de encuentro, salas de talleres, usando toda la estructura. Y alrededor del estadio han construido gigantescas carpas en las que se están realizando algunos de los foros más importantes con participación de 1.000, 2.000 o 3.000 personas. Efectivamente, es muy limitado. Hay grandes problemas en la parte energética. La luz se corta en forma permanente, hay grandes problemas con Internet, que va muy lento, lo que genera muchos problemas a los comunicadores para trasmitir otra cosa que no sea texto, especialmente imagen y televisión. Con fantasía están tratando de resolver para que sea un festival más que digno, como está sucediendo.
EL - Recién mencionábamos la gran marcha de apertura. ¿Tú estuviste presente?
ML – Sí. Estuve presente en las dos partes. Primero en la marcha que salió de la favela más grande –para usar un término comprensible– de África, en la que se dio una participación muy amplia, y luego en el concierto que se hizo en uno de los principales parques de Nairobi, en el que participaron algunos grandes grupos.
EL - ¿Este Foro es tan masivo como los anteriores? Porque en las marchas había cantidad de gente.
ML - Es el más pequeño si exceptuamos el primero que se hizo en 2001 en Porto Alegre, en el que había entre 25.000 y 30.000 personas. Según los organizadores, hay inscriptas entre 43.000 y 45.000 personas. Es muy difícil calcular cuando hay un movimiento tan amplio. La BBC ayer decía que había 80.000 personas. Está claro que no llega a los niveles de Porto Alegre en el año 2005, en el que se calculaba una presencia cercana a las 150.000 personas, ni a los de Mumbai 2004, que superaba ampliamente las 120.000 personas.
EL - Recién decíamos que este es el primer FSM que se realiza en África. ¿Qué significado tiene que se haga en ese continente?
ML - Según lo que señalan los organizadores y los integrantes del Consejo Internacional del movimiento, tiene la importancia primero de concluir la fase de los grandes eventos a realizar en el sur. Porque, hecho en África, ahora esto significa que el Foro tuvo capacidad de organizarse y hacerse en América Latina, las cuatro versiones en Porto Alegre, en Asia cuando se hizo en Mumbai y en esta oportunidad en Nairobi. Los organizadores señalan que África terminó de dar la globalidad a un movimiento de ciudadanos de la sociedad civil que tienen intereses similares no limitados a América Latina, Europa y Estados Unidos sino también con una fuerte participación de Asia y África. Los temas locales tienen mayor prioridad en cada Foro, y sin duda este un Foro global pero muy africano por los temas que trata.
EC - Antes de ir a los temas que pautan los debates, a esta altura de los acontecimientos, cuando se trata de la séptima edición del FSM, ¿cómo lo describes? ¿Qué es esto que surgió como una alternativa, una oposición al Foro Económico de Davos?
ML - Puede haber diferentes aproximaciones subjetivas a lo que es este Foro. Está claro que nació para cubrir un vacío muy grande generado sobre todo a partir de los acontecimientos de la caída del muro de Berlín, de la desaparición de muchos partidos, organizaciones y países, con mucha originalidad porque se trataba de algo informal, algo horizontal, algo no vertical. Quizás ese fue el aspecto que generó mayores expectativas en diferentes sectores de la opinión pública global, si estos núcleos de personas organizadas de formas diferentes de cómo se organizaban tradicionalmente los partidos políticos, focalizaban más en los temas, en los temas del ambiente, del agua, de la mujer, de la pobreza, de la infancia, etcétera, si podían construir algo diferente de lo que llegaba de Davos a partir de la presencia de las principales referencias políticas y económico-financieras del mundo. Ya se ha llegado a la sexta versión global y si agregamos los foros policéntricos que se hicieron el año pasado en Bamako, Caracas y Karachi, se ha llegado a un punto de inflexión en el cual los participantes, especialmente los más activos, tienen que decidir qué impulso deberá tener este tipo de eventos que son masivos, muy participativos y en los que internamente hay opiniones muy diferentes respecto de cuál debe ser su futuro.
EL - ¿Qué temas se han abordado?
ML - Hay que mirar los temas con una óptica africana. Hay dos temas que priman muchísimo: uno es el trabajo justo y digno, que si bien es un tema global, en África (sobre todo en África pobre) genera muy fuerte angustia. El otro es el tema de la pobreza relacionada con la cancelación de la deuda. Son los dos temas que han recogido mayor participación en los diferentes debates que se han realizado.

Si bien los temas son muy globales, tienen un aspecto no africano también. Para ver la perspectiva futura de los foros digamos que se enfrentan dos visiones diferentes: una que considera que los foros valen de por sí por las decenas de miles de personas de tantas partes del mundo se encuentran en un solo lugar para intercambiar opiniones, experiencias e iniciativas, tratando de combinar posibilidades de acción de futuro, y otra que dice que este foro tiene que tener la capacidad de generar una plataforma de ideas, de iniciativas que, de hecho, en esta historia de estos seis foros más los policéntricos, se logró en dos momentos. En 2003, en el mes de febrero, después del FSM de Porto Alegre del mes de enero, se decidió hacer una serie de manifestaciones conjuntas el mismo día en varias partes del mundo contra la guerra de Irak que se acercaba. Esa iniciativa tuvo una participación masiva de muchos millones de personas en todo el mundo.
Otra iniciativa de combinación conjunta de los diferentes actores tuvo lugar en 2005 cuando se lanzó lo que en inglés se llamó la Global Campaing against Poverty, la campaña global contra la pobreza, que tuvo un éxito muy grande. Fue la campaña masiva de la banda blanca, que tuvo relación con los famosos conciertos de Live 8, que fue el concierto más grande del mundo y se hizo en el marco de la reunión del Grupo de los 8 en Escocia. Fue un mecanismo de presión muy grande de la opinión pública mundial contra la pobreza.
Ese sector del Foro dice que hay que continuar por ese camino, que hay que combinar grandes ideas y acciones en África, Asia, América Latina y Europa para tratar de generar una presión diferente sobre los poderosos del mundo. Eso está en discusión, no está resuelto.
Un elemento para tomar en consideración es que el próximo año no va a haber FSM. Va a ser el primer año que se va a interrumpir este mecanismo porque se considera que el esfuerzo es demasiado grande para hacerlo anualmente. Por lo tanto el próximo Foro global será en 2009. Aunque todavía no hay una definición, la misma se tomará al final de esta nueva edición del FSM.

ENTREVISTA 2

ENTREVISTA AL MINISTRO DE COMERCIO EXTERIOR
Contrario a la urgencia que tienen los países subdesarrollados y en vías de desarrollo de que sus exportaciones accedan libremente a los mercados internacionales para reanimar sus economías, cada día el camino hacia esta meta se vuelve más enmarañado.
La generalización de los aranceles específicos, que perjudica a los proveedores de productos de bajo costo y precio; la caída vertiginosa de los precios de los productos básicos, excepto el petróleo, y los obstáculos no arancelarios que imponen certificaciones y normas de calidad excesivas, hacen de la actividad de comercio exterior para estas naciones una compleja labor.
En medio de este panorama internacional, Cuba mantiene relaciones comerciales con 170 países y logró incrementar su intercambio en el año recién finalizado en 13,2 % con respecto al 2002. Sobre el comportamiento de esta actividad y las prioridades para el año en curso, habla en entrevista exclusiva el ministro de Comercio Exterior, Raúl de la Nuez.
- ¿Qué papel desempeña actualmente el comercio exterior en la economía cubana y cómo se comportó en 2003?
-Para la economía de Cuba, las relaciones externas y en específico el comercio exterior, ejercen un fuerte y determinante impacto, debido a que la economía cubana es abierta y mantiene una alta dependencia del comercio exterior.
“Por esa razón, en los últimos años se ha trabajado en este particular lográndose una reorientación notable del intercambio del comercio exterior, en busca de una diversificación de los socios.
“Como resultado, en el 2002 Europa alcanza una participación del 41 % en nuestro intercambio comercial, seguida por América, con 29 %; Asia, 18% y Africa y Oceanía con el 2 %. Esta correlación básicamente se mantuvo en el 2003.
“Siguiendo esta línea, la política comercial cubana fue el pasado año más racional y selectiva en correspondencia con las prioridades y posibilidades que se presentaron, tratándose de cumplir de la manera más conveniente los compromisos asumidos.
“El intercambio comercial creció al término de esos doce meses un 13,2 % en comparación con el año 2002. La lista de las diez principales naciones que concentran el 72% del intercambio, la encabezan Venezuela, España, China, Canadá, Países Bajos, Italia, Estados Unidos, México, Francia y Rusia.
“Las importaciones crecieron un 11,6 % con respecto al 2002, y representaron el 74 % del intercambio comercial, conformadas principalmente por los combustibles y lubricantes, con un 21%, y los alimentos, con un 20 %.
“Dentro de este particular en el 2003, debo señalar las negociaciones, contratación y ejecución de operaciones vinculadas a la compra de productos norteamericanos por un valor de 343,9 millones de dólares en más de 300 renglones, fundamentalmente alimentarios.
“No obstante, la premisa básica en la gestión de importación en el país fue lograr una mayor racionalidad, lo cual permitió la adquisición de mercancías en términos de oportunidad y precios más competitivos en múltiples casos, especialmente alimentos.
“De igual forma, se dio continuidad a la política de sustitución de importaciones económicamente sustentada, con significativos resultados en el sector energético y productos e insumos para el turismo y las tiendas recaudadoras de divisas”.
-¿Cuáles fueron los principales suministradores?
-Los principales socios comerciales de Cuba en lo referente a las importaciones son Venezuela, España, China, Italia, Estados Unidos, Canadá, México, Francia, Alemania y Japón, los que agrupan el 71 % de las mismas.
-¿Se incrementaron en el 2003 las exportaciones cubanas?
-Sí, el pasado año las exportaciones crecieron 18 % en relación con el 2003, siendo los principales naciones de destino los Países Bajos, Canadá, Venezuela, España, Rusia, China, Francia, México e Italia.
“En este indicador influyó el buen desempeño de renglones como el níquel y el tabaco torcido, que aumentaron sus precios en el mercado internacional.
“Igualmente ascendieron las ventas de productos no tradicionales, como cítricos frescos e industrializados, productos de la biotecnología, derivados de las industrias azucarera y siderúrgica, así como los insumos para la agricultura entre otros, aunque todavía solo representan el 23,6 % del total.
“Es un requerimiento imprescindible de nuestra política de comercio exterior elevar los niveles de competitividad de los productos de la exportación cubana, en especial los no tradicionales. Para ello se proyecta trabajar aceleradamente en la reducción del costo de los servicios vinculados con esta actividad, así como compulsar a la aplicación de sistemas de gestión de la calidad y al cumplimiento de las normas y requisitos que se exigen internacionalmente”.
-Dentro de esas producciones cuáles usted estima con más perspectivas de desarrollo?
-En el caso de los productos no tradicionales los de mayores perspectivas de crecimiento son los cítricos frescos e industrializados, los productos de la biotecnología y los derivados de la industria azucarera.
-Considerando el potencial exportador de Cuba y la política de sustitución de importaciones ¿qué posibilidades hay de disminuir el desbalance comercial en medio de las actuales irregularidades del mercado internacional?
-La sustitución de importaciones como ya se conoce, se transformó en uno de los criterios introducidos a la política inversionista del país, que en la actualidad privilegia este aspecto y, sobre todo, el relativo al efecto multiplicador de aquellas producciones locales que suplen las provenientes del exterior.
“La aplicación de estos criterios ha posibilitado el fomento y/o la reconversión de capacidades productivas, al tiempo que el país ha logrado aminorar los niveles de dependencia externa en la producción de varios renglones, como es el caso del crudo para la generación de electricidad, cuya producción creció 3,7% con respecto al año anterior.
“Sin embargo, los progresos en la sustitución de importaciones resultan insuficientes en diferentes direcciones, especialmente en lo relativo a conjugar estos resultados con el necesario proceso de incrementar las exportaciones en general.
“En la mayoría de los países en vías de desarrollo es característico que el nivel de las exportaciones dependa en gran medida de los productos básicos. En nuestro caso, como se conoce, el peso fundamental recae en el azúcar, el níquel, el tabaco, el cemento y los productos de la pesca, que ocuparon en el 2003 el 77 % de las exportaciones de bienes.
“Sin embargo, la inestabilidad de los precios de los productos básicos a nivel mundial y las diversas dificultades para el acceso a los mercados, no permiten que solamente mediante el desarrollo de esas exportaciones se pueda encontrar una solución estable al desbalance comercial.
“Si bien es cierto que la balanza mejora en cierta medida con la inclusión de los ingresos por exportaciones de servicios, especialmente del turismo, la solución a fondo del déficit constituye para Cuba una tarea de largo plazo”.
-¿Qué perspectivas se plantean para el comercio exterior cubano este año y a más largo plazo?
-Uno de nuestros objetivos principales está vinculado con la organización y eficiencia de la actividad del comercio exterior, aspectos en los que ya venimos trabajando desde hace algunos años. Por esa razón en el año 2001 fue aprobado el Reglamento sobre la actividad de Importación y Exportación, con el objetivo de proveer a nuestras empresas de un instrumento único normativo con las disposiciones necesarias, que les permita garantizar el cumplimiento de sus intereses comerciales, y que a la par sirva al MINCEX para velar por la eficiencia económica de la actividad comercial externa que desarrollan las empresas que lo llevan a cabo.
“Más recientemente, nuestro Ministerio elaboró y está poniendo en vigor indicadores de eficiencia que miden la actividad de importación. También trabajamos en la evaluación de los esquemas empresariales de comercio exterior, tanto internos como externos, con el fin de buscar mayor eficiencia y racionalidad, donde consideramos que aún quedan muchas reservas por explotar.
“De igual manera, hemos venido trabajando de conjunto con otros organismos en el desarrollo nacional de un comercio mayorista de los productos de uso difundido. Durante el 2003 se avanzó en la certificación de un número de empresas distribuidoras mayoristas de diversas mercancías como computadoras, neumáticos y rodamientos, y para este año se debe evaluar otro número importante que distribuirían maderas, metales, piezas y partes automotrices”.
-¿Qué ventajas traería esta organización del comercio mayorista?
-Uno de los objetivos del comercio mayorista es satisfacer con racionalidad y estabilidad la demanda de productos de uso difundido del mercado nacional con la mejor calidad y precio, incluyendo los servicios asociados imprescindibles y los de garantía y postventa.
“Esta modalidad facilitará canales de distribución mayoristas idóneos a los productores nacionales y mejorará la gestión de comercio exterior en relación con la importación. Simultáneamente, permitirá optimizar la utilización de la infraestructura logística existente, minimizando las nuevas inversiones en este sentido y evitará los innecesarios niveles de inventarios, todo lo cual permitirá la reducción de los costos financieros de las empresas.
“Volviendo al tema de los requerimientos para la actividad de comercio exterior, también se plantea aumentar los niveles de competitividad de los productos de la exportación cubana, en especial los no tradicionales y los servicios como el turismo y otros de carácter profesional (ventas de software, proyectos de ingeniería). Simultáneamente se continuará trabajando en la racionalización y sustitución de las importaciones.
“Con esta perspectiva estamos empeñados en la reducción de los costos de producción, en la aplicación de sistemas de gestión de la calidad y en el cumplimiento de las normas y requisitos que se exigen internacionalmente.
“Otra tarea no menos importante es la relacionada con la preparación y capacitación del personal vinculado con la actividad del comercio exterior. Ejemplo de ello es la implementación de los cursos de certificación de compradores internacionales que se imparten en el Instituto del Comercio Exterior, que en un futuro cercano debe constituir requisito para ocupar determinadas plazas.
“Basándonos en la labor que se viene realizando y en los objetivos de 2004, podemos decir que las perspectivas del comercio exterior cubano dependerán del resultado que logremos en puntos claves como la recuperación de los niveles de exportación de productos tradicionales, con la correspondiente adecuación en competitividad y costos a las realidades del mercado internacional.
“A ello irá aparejado el desarrollo de nuevas exportaciones de productos y servicios competitivos internacionalmente, la racionalidad y sustitución de las importaciones, así como la optimización de la capacidad comercial de nuestras empresas. Los funcionarios vinculados a la actividad del comercio exterior, y en particular los cuadros, mantendrán una superación permanente.
“Primordial se considera la utilización más adecuada de las posibilidades de integración económica a nivel bilateral, plurilateral y multilateral, en la medida en que esto sea posible.
“El papel del Ministerio del Comercio Exterior como promotor de todas estas condicionantes será crucial para el logro de esos objetivos que deberán desarrollarse, como hasta ahora, en medio del ambiente hostil que representa el bloqueo económico de Estados Unidos. Si en algún momento el bloqueo desapareciera, sería más fácil, por supuesto, pero hay que estar preparados para el caso de que se mantenga, aun a largo plazo”.


Entrevista a John Carlin, autor de la obra sobre Nelson Mandela El Factor Humano



El Factor Humano sirvió como base para la película de Clean Eastwood, Invictus
Natanael Bello
Nelson Mandela fue puesto en libertad en 1990, tras 27 años en prisión condenado a cadena perpetua. Fue el primer Presidente de Sudáfrica elegido por sufragio universal. Pero, el cambio político y social de Sudáfrica fue gestado desde su celda desde que en 1985 tuvo el primer contacto con el Gobierno del Apartheid presidido por P.W. Botha. Un largo proceso que terminó en 1995 cuando, ya gobernando, la selección de rugby de Sudáfrica consiguió el título del Campeonato Mundial. Fue la guinda que culminó el objetivo de Mandela: no solo el hecho de crear una Sudáfrica libre de complejos raciales, sino la idea de concebir sudafricanos orgullosos de serlo.
 John Carlin, periodista y escritor, que ha escrito el relato El Factor Humano, responde a las preguntas que suscita este acontecimiento que supuso la transformación de toda una sociedad segregada entre blancos y negros. Narra la evolución de estos acontecimientos en su obra, que recientemente se ha llevado al cine de las manos del director Clean Eastwood con el título de Invictus. Carlin relata como Nelson Mandela, el líder del Congreso Nacional Africano, se constituye como el elemento esencial para el desarrollo de una democracia estable en Sudáfrica. Habla de su papel  imprescindible en toda la transformación del país y sus grandes dotes en el arte de la persuasión, tratándolo como un genio de la política, con un alto grado de factor humano.
 Un libro que puede parecer de política, de historia, pero, es, sobre todo, de humanidad.
Aunque lleva bastante política e historia, la idea es meterlo sin que te des cuenta.
 ¿Es posible una utopía cumplida como la de Sudáfrica?
No, es imposible una utopía así. Pero ocurrió una vez en la historia de la humanidad y ya con eso es bastante. Un estado así de felicidad, de reconciliación, de armonía y de amor en una nación no es algo que se pueda mantener durante demasiado tiempo, porque la especie está muy poco evolucionada para algo así. Pero, como las últimas palabras en el libro del arzobispo Tutu, sobre la lección sacada de todo esto, dice ‘si se puede hacer una vez se puede volver a hacer’. Eso el lo importante. Da un ejemplo a la humanidad de que seguir aspirando a la utopía es algo que vale la pena.
 ¿Qué hubiera sido de Sudáfrica sin Nelson Mandela, entonces?
Sin Mandela no se podría haber logrado esto. La gente de su partido tenía buenas políticas y estaban de acuerdo con todo lo que proponía. Lo que necesitaban era un punto de liderazgo de altísima categoría y convicción para poder arrastrar a aquel país hacia esa reconciliación. Sin una persona que hubiera sido un genio en la política como Mandela es muy posible que Sudáfrica hubiera caído en una especie de guerra de terroristas que hubiera acabado en un baño de sangre y que hoy se acercara más a Afganistán que a un país que está a punto de celebrar un Mundial de fútbol.
 ¿Es tan determinante la figura de una única persona para un cambio tan drástico y trascendental?
Sí, absolutamente. En este caso sí, porque puede que las tendencias generales vayan en una cierta dirección. Pero, para dar el paso clave, para convencer a su propia gente que no pasen por la venganza, que era lo que les pedían el cuerpo y el alma; para convencer a los blancos que no optasen por la guerra cuando era también lo que les pedía el cuerpo y el alma, para eso se necesita ese factor humano. Esto lo traduce Nelson Mandela en un liderazgo extraordinario, con la combinación de una integridad y una personalidad genial.
Muchas veces se ha comentado, en el caso de Israel y Palestina, que la gran diferencia entre Sudáfrica y esa parte del mundo es la calidad del liderazgo. La personalidad del líder puede ser absolutamente decisiva.
 ¿Es más importante la calidad de la persona que la del político a la hora de resolver los conflictos?
La cuestión es que las dos cosas se fundan en uno. Que el político tenga la calidad humana para conseguir los objetivos. Nelson Mandela es una persona que tiene factores humanos de generosidad, de respeto. Es una persona muy democrática por naturaleza, igual de respetuosa con la Reina de Inglaterra que con la azafata en el avión. Por otro lado es un político brillante, pragmático, calculador, deliberado y obtuso.
 ¿Para eso hay que sufrir 27 años de cárcel?
En el caso de Mandela, seguramente sí. El hombre que entró en la cárcel y el que salió fueron dos hombres bastante diferentes. También pesan los años. Tuvo tiempo para reflexionar y estudiar con mucha atención cuál era la dinámica y el dilema de su país y buscar soluciones prácticas en vez de soluciones idealistas que en el papel son muy bonitas pero que no llevan a ningún lado. Se volvió muy práctico.
 También, ¿dependerá de la actitud personal? Otros estuvieron encarcelados junto a él y no evolucionaron de la misma manera.
 Claro. Hay una cita anterior al encarcelamiento de Mandela de Albert Camus, que pongo en el libro, que dice que ‘alguien que ha estado mucho tiempo en la cárcel o sale muy débil o como un asesino’. Camus no entendía que existiera una tercera posibilidad. La tercera posibilidad la demostró Mandela.
 Utiliza el deporte como nexo de unión entre enemigos. ¿Es extrapolable a otros conflictos?
 Hay que tener en cuenta que el rugby fue el punto culminante de una larga historia. No fue la esencia, fue la guinda. Una guinda muy importante, la última pieza del puzle. Se dieron condiciones muy especiales en Sudáfrica. Son elementos que no se si son fácilmente aplicables en otros países. Pero, utilizados con inteligencia y  con bondad lo pueden usar otros países para unir a las gentes. El problema es que los políticos pueden utilizarlo para dividir a las gentes o para que el tirano se asiente en el poder.
 Además del restablecimiento tras el apartheid de la sociedad Sudafricana, ¿supuso una dificultad  añadida el reconocimiento internacional?
 Una vez que Salió Mandela de la cárcel el reconocimiento internacional fue absoluto. El problema, después de Mandela llegar a la presidencia, fue consolidar la situación interna. Cuando se instauraba una presidencia nueva durante el Apartheid acudían muy pocos representantes de otros países. Habitualmente dictadores de Paraguay o Chile, o algo así. A la inauguración presidencial de Mandela llegó medio planeta. Casi todos los jefes de Estado del mundo estaban en Sudáfrica.
 Tras 15 años de esta reconciliación, ¿Dónde han quedado los resentimientos de todas las partes implicadas?
 La gente siempre arrastra dudas y sentimientos de racismo. Pero, el legado de Mandela ha sido espectacular. Lo básico, que se logró en 1995, se ha mantenido e incluso se ha reforzado. A mi no deja de sorprenderme. Pasan los años y no hay atisbo de ningún movimiento terrorista contra el gobierno, ni de derecha ni de izquierda. A diferencia de un país mucho más rico y aparentemente estable como España. Sudáfrica es un país muy estable, nadie cuestiona la figura del presidente, hay libertad de prensa, libertad de expresión, el sistema de derecho funciona muy bien. También tiene problemas coyunturales, que comparte con muchos países más, de pobreza, de delincuencia, de corrupción. Lo importante es que, a nivel de instituciones, el objetivo principal de Mandela, que fue asentar las bases de una nueva democracia estable, ha funcionado a la maravilla.
 ¿Existen aún en Sudáfrica los barrios de ricos blancos y los guetos de pobres negros?
 Sí, con una diferencia importante. Desde que llegó Mandela al poder ha surgido una clase media negra bastante grande que era un fenómeno inimaginable hace 15 años. Pero, como norma general existen los enormes guetos de pobreza negra, especialmente en las zonas rurales
 ¿Tiene algún significado especial el Mundial de futbol de este mes de junio?
No tiene ni remotamente el mismo significado que el Mundial de rugby porque la situación política es mucho menos delicada. Sudáfrica es un país normal. Ese es el gran logro de Mandela. El valor de este mundial será muy parecido al que tenga en cualquier otro país. Por un lado, hay esperanza en que atraiga inversiones, que afecte para bien en la economía y por otro, la gente siente el orgullo de que su país sea el centro del universo durante un mes.

Nelson Mandela: EEUU es una amenaza para la paz mundial

En una extraordinaria entrevista, el dirigente surafricano exige que George W. Bush obtenga apoyo de las Naciones Unidas antes de atacar a Irak
Nelson Mandela, de 84 años, es probablemente el estadista más respetado del mundo. Condenado a prisión perpetua en la desolada Isla Robben en 1964 por propugnar la resistencia armada contra el apartheid en Suráfrica, el líder del Congreso Nacional Africano emergió en 1990 para conducir a su país en la transición a elecciones no raciales. Como presidente, su prioridad ha sido la reconciliación racial; en la actualidad surafricanos de todas las razas hablan de su persona utilizando el término honorífico de su clan Xhosa, Madiba. Mandela renunció en 1999 después de un solo período de cinco años. Ahora dirige dos fundaciones concentradas en los niños. Se reunió con Tom Masland de Newsweek un lunes por la mañana en su oficina en Houghton, un suburbio de Johannesburgo, antes de volar a la provincia Limpopo para hablar a líderes tradicionales sobre la crisis del SIDA en el país. Pasajes seleccionados:
NEWSWEEK: ¿Por qué expresa su opinión sobre Irak? ¿Quiere actuar como mediador, como lo hizo en el Oriente Medio hace un par de años? Parece que está volviendo a la palestra.
Nelson Mandela: Si organizaciones creíbles me piden que medie, lo consideraré muy seriamente. Pero una situación de esta naturaleza no exige que medie un individuo, requiere que lo haga una organización como las Naciones Unidas. Debemos comprender lo seria que es esta situación. Estados Unidos ha cometido serios errores en la conducción de sus asuntos exteriores, que han tenido desafortunadas repercusiones mucho después de la adopción de esas decisiones. El apoyo incondicional al Shah de Irán condujo directamente a la revolución islámica de 1979. Entonces Estados Unidos decidió armar y financiar a los muyahidin [islámicos] en Afganistán en lugar de apoyar y alentar el ala moderada del gobierno de Afganistán. Es lo que llevó a los talibán a Afganistán.
Pero la acción más catastrófica de Estados Unidos fue sabotear la decisión que fue minuciosamente elaborada por las Naciones Unidas para el retiro de la Unión Soviética de Afganistán. Si se consideran esos aspectos, se llegará a la conclusión que la actitud de EE.UU. es una amenaza para la paz mundial. Porque lo que [EE.UU.] está diciendo es que si alguien teme un veto en el Consejo de Seguridad, simplemente sale afuera y entra en acción y viola la soberanía de otros países.
Es el mensaje que están enviando al mundo. Debe ser condenado en los términos más enérgicos. Y usted notará que Francia, Alemania, Rusia, China, están contra esa decisión. Es claramente una decisión que ha sido motivada por el deseo de George W. Bush de complacer a las industrias de armamento y del petróleo de EE.UU. Si usted considera esos factores, verá que un individuo como yo, un hombre que ha perdido poder e influencia, jamás podrá ser un mediador adecuado.
P: Y respecto al argumento que se está presentando sobre la amenaza de las armas de destrucción masiva de Irak y los esfuerzos de Sadam por producir armas nucleares. Después de todo, ha invadido otros países, ha disparado misiles contra Israel. El jueves, el Presidente Bush va a ir a las Naciones Unidas y va a señalar lo que él dice constituye evidencia de...
R: ... Scott Ritter, que fue un inspector de armas de las Naciones y está en Bagdad, ha dicho que no existe ninguna evidencia de [el desarrollo de armas de] destrucción masiva. Ni Bush ni [el Primer Ministro británico] Tony Blair ha suministrado ninguna evidencia de que tales armas existan. Pero lo que sí sabemos es que Israel posee armas de destrucción masiva. Nadie habla de eso. ¿Por qué va a haber un estándar para un país, especialmente porque es de color, y otro para otro país, Israel, que es blanco?
P: ¿Así que usted lo ve como un problema racial?
R: Bueno, existe ese elemento. En realidad, mucha gente lo dice en voz baja, pero no tiene el coraje de ponerse de pie y decirlo en público, que cuando había secretarios generales blancos, no se presentaba el tema de que EE.UU. y Gran Bretaña actuaran fuera de las Naciones Unidas. Pero ahora, que ha habido secretarios generales como Boutros Boutros Ghali, y como Kofi Annan, no respetan a las Naciones Unidas. Las desprecian. No es mi punto de vista, pero es lo que dice mucha gente.
P: ¿Qué clase de compromiso ve usted que podría evitar la confrontación en ciernes?
R: Hay un compromiso y sólo uno, y son las Naciones Unidas. Si EE.UU. y Gran Bretaña van a las Naciones Unidas y las Naciones Unidas dicen que tenemos evidencia concreta de la existencia de esas armas de destrucción masiva en Irak y que pensamos que hay que hacer algo al respecto, entonces todos los apoyaremos.
P: ¿Piensa que el actual esfuerzo diplomático ante la ONU de la administración [de EE.UU.] es genuino, o busca solamente el Presidente una cobertura política al hablar ante la ONU, aun cuando sigue teniendo la intención de actuar unilateralmente?
R: Bueno, no cabe duda de que EE.UU. piensa ahora que es la única superpotencia en el mundo y que puede hacer lo que quiera. Y, desde luego, tenemos que considerar a los hombres y mujeres que rodean al presidente. El General Colin Powell comandó el ejército de Estados Unidos en tiempos de paz y en tiempos de guerra durante la Guerra del Golfo. Conoce los desastrosos efectos de la tensión internacional y de la guerra, cuando gente inocente va a morir, cuando jóvenes van a la muerte. Lo sabe y lo mostró después del 11 de septiembre del año pasado. Anduvo informando a los aliados de EE.UU. y solicitando su apoyo para la guerra en Afganistán.
Pero gente como Dick Cheney… Vi que ayer hubo un artículo que decía que él es el verdadero presidente de EE.UU. No sé hasta qué punto es verdad. Dick Cheney, [el Secretario de Defensa Donald] Rumsfeld, son personas que desafortunadamente están induciendo a error al presidente. Porque mi impresión del presidente es que se trata de un hombre con el que se puede hablar. Pero son los que están a su alrededor los que son dinosaurios, que no quieren que él pertenezca a la edad moderna. El único, la única persona que quiere ayudar a que Bush entre a la era moderna es el General Colin Powell, el Secretario de Estado.
P: ¿Me parece que a usted le preocupa sobre todo el vicepresidente Cheney?
R: Bueno, no me cabe duda. Se opuso a la decisión de liberarme de la prisión (se ríe). La mayoría del Congreso de EE.UU. estaba a favor de que me liberaran, y él se opuso. Pero no es por eso. Está bien claro que Dick Cheney es un archi-conservador.
P: Me interesa su decisión de hablar ahora sobre Irak. Cuando usted dejó el poder, dijo, "Me voy al Transkei, y voy a descansar." Ahora, puede que haya sido una broma. Pero usted ha estado muy activo.
R: De verdad quería retirarme y descansar y pasar mucho más tiempo con mis niños, mis nietos y, por cierto, con mi mujer. Pero los problemas son tan inmensos que todo el que tenga conciencia debe utilizar toda la influencia que pueda tener para conducir a la paz, es difícil negarse


Entrevista a Boubacar Boris Diop a propósito de su libro ’África más allá del espejo’

Por Dídac P. Lagarriga


En "África más allá del espejo" afirmas que la literatura africana de expresión francesa probablemente sea sólo una breve etapa de transición dentro de una trayectoria histórica más compleja. En tu caso, has publicado tanto en wolof como en francés...
No veo que la literatura africana tenga ningún futuro si pretende desarrollarse al margen de nuestras lenguas. Es hacia aquí donde poco a poco vamos tendiendo desde hace algunos años, un trayecto lento pero seguro. Esta nueva dinámica, compleja y en ocasiones dolorosa, permitirá en breve entender que nuestros textos actuales en inglés y francés no son más que, en palabras de Cheikh Anta Diop, una simple literatura de transición. Esto significa que la novela y la poesía de expresión francesa habrán correspondido, en nuestro trayecto histórico, a una etapa de fracaso y de pérdida de referencias.
Pero hoy en día, son los propios hechos los que nos obligan a reanudar el trabajo con el pulaar y el wolof (por sólo citar dos ejemplos), tanto en nuestros colegios como en la creación literaria. Y el primero de estos hechos es la supervivencia de las lenguas, su sorprendente vitalidad a pesar de las violentas agresiones del sistema colonial. En el fondo, el único medio de hacer desaparecer los idiomas africanos fue la escolarización universal. Pero Francia no disponía de los medios, ni quizá de la voluntad política, y reservó su idioma para la élite colonizada, esperando que esta ya la pasaría al resto de la sociedad.
Sin embargo, asistimos a todo lo contrario: el francés está claramente en retroceso, y actualmente afirmar que Senegal es un país francófono es vivir en el mundo de los deseos. Si resumimos fríamente la situación, veremos que hemos perdido en los dos campos de batalla, ya que por un lado se dificultó el progreso de nuestras lenguas maternas hacia la escritura y, además, el francés nos permaneció inaccesible. Por eso los jóvenes senegaleses no dominan ni su lengua materna ni la de Molière.
En cierto modo somos un pueblo “semilingüe”, para utilizar un concepto recientemente creado por los especialistas. En realidad, no es nada más que otra forma de analfabetismo. ¿Qué podemos hacer antes esto? Podemos intentar salir por la puerta trasera y crear, como el escritor marfileño Ahmadou Kourouma, un francés de África o, al contrario, favorecer el desarrollo de nuestros idiomas autóctonos. Creo que esta segunda opción es de sentido común y completamente digna. Se trata en efecto de incluir en el ámbito del saber y de la creación literaria la inmensa mayoría de nuestro pueblo. Y como novelista, conozco bien que sólo el wolof me permite expresar en profundidad determinadas emociones.
También tratas cuestiones muy diversas, pero constantemente regresas al tema de la sumisión de los nuevos poderes políticos a los intereses extranjeros.
Por todos lados escuchamos que las independencias fueron un desastre para África, pero no es cierto. El desastre vino por todo lo contrario: ¡por la falta de independencia! La República Democrática del Congo no estaría hoy en día en esta situación si su soberanía tuviera el rostro de Lumumba y no el de Mobutu. Es el neocolonialismo quien ha sembrado la desgracia en el continente a partir de 1960. No podemos analizar la situación de un país determinado pasando por alto este hecho político esencial. En lo que a nosotros nos concierne, como senegaleses, hemos vivido un neocolonialismo a la francesa. Se trata de la “Françafrique” y la palabra, establecida por el intelectual francés François-Xavier Verschave, ya ha pasado al lenguaje de la calle.
Precisamente uno de los capítulos del libro fue censurado en Francia. ¿Cuál fue el problema?
Sí, te refieres a la introducción que escribí para el libro de Yolande Mukagasana, Les blessures du silence. Fue censurada en Francia porque en ella mencionaba el papel de Mitterrand en el genocidio de los tutsis en Ruanda. El editor de Actes Sud le dijo a la autora: “O quitamos la introducción o no publicamos el libro”. En esa época, muy pocos franceses aceptaban un episodio tan vergonzoso de su historia. La gente decía: “¡Ah! ¡Estos africanos, siempre con lo mismo! Se matan entre ellos y después culpan a los blancos”. Hoy en día casi nadie se atreve a proferir estas obscenidades, ya que, tras más de una década, se van acumulando las pruebas que demuestran la implicación de Francia en el genocidio de los tutsis. Actualmente son los propios intelectuales franceses que acusan a su país. Estoy convencido de que este movimiento se irá ampliando.
También realizas una mirada autocrítica y tratas la indiferencia con la que los africanos acogieron el genocidio.
Con frecuencia me ausento de Senegal por mis actividades literarias. Sin embargo, opino sobre la situación de mi país a través de entrevistas y de artículos en la prensa. Mirar a África más allá del espejo significa evaluar seriamente, por y para nosotros mismos, nuestro comportamiento. No debemos dudar en preguntarnos cuestiones incómodas, como esta: ¿por qué, a pesar de la famosa solidaridad africana, fuimos tan indiferentes a lo que ocurría en Ruanda en ese 1994? Dicho esto, también debemos evitar considerar a África como un inmenso pueblo donde todos los fenómenos políticos y sociales pueden leerse de la misma manera. Es básico entender que no existe una respuesta única a los interrogantes suscitados por un continente tan grande y compartimentado.
En cierto sentido, tendemos a ser lo que los medios de comunicación dicen que somos, y esto es un verdadero peligro. Vivir constantemente en la imitación o el odio al otro, es todavía una forma de menospreciarse a sí mismo. Es muy urgente poder escapar de este espejo perverso, con la mirada deformadora de Occidente y donde sólo África continua siendo la víctima.
Has participado en el Foro Social Mundial y eres miembro del Foro Social Africano. ¿El altermundialismo ofrece respuestas a esta crisis económica y social que sufre África?
Me adherí al Foro Social Africano y a través de este participé en las reuniones de Bamako, Porto Alegre y Addis-Abeba. Posteriormente me alejé un poco del movimiento para poder dedicarle más tiempo a la escritura, pero continuo convencido de que el trabajo que se ha hecho en estos foros, especialmente gracias a Aminata Dramane Traoré, es fundamental. Hoy en día es uno de los lugares donde existe más coraje y clarividencia en torno a las cuestiones cruciales de la deuda, el intercambio desigual y, de forma más general, nuestra relación con Occidente.
De todos modos, me parece importante sacar conclusiones del fracaso de un determinado tercermundismo que se desarrolló durante la Guerra Fría. Las élites intelectuales africanas aceptaron con los ojos cerrados un marxismo primario y dogmático. Pero cuando cayó el muro de Berlín en 1989, todo ese mundo quedó perplejo y vimos que el marxismo, en el fondo, sólo era una expresión de la racionalidad occidental, con la misma pretensión universal, y que no merecía la pena que lanzáramos por la borda todo nuestro legado cultural y nuestra memoria. Este error debe ayudarnos a trabajar con el altermunidalismo. Quizá cuesta admitirlo, pero incluso en este mismo combate hay un momento donde, de forma muy evidente, nuestros caminos y el de otros se separan.
¿Piensas que asistimos a un cuestionamiento de los valores occidentales como el único fin para la población mundial?
Aimé Césaire dijo hace ya algunos años que si Occidente no vigilaba, algún día ya no sabría a quién dirigirse. Tengo la impresión de que nos encontramos en este punto. Los occidentales no dejan de gritar, de amenazar a sus enemigos, pero nadie les toma en serio, ni en Irak, ni en Corea del Norte, ni en Sudán y ni mucho menos en Birmania. El resultado es que su parcialidad y su egoísmo le impiden cualquier autoridad moral y parece que estamos ante el principio del fin.
¿Cómo un senegalés vive el cierre de las fronteras europeas, el endurecimiento de las políticas migratorias, las repatriaciones, la criminalización de los sin-papeles y la creación de los nuevos campos de concentración, llamados Centros de Internamiento para Extranjeros?
El continente que ha permanecido menos “tranquilo” en el curso de la historia de la humanidad es Europa. Basta mirar un mapa para entenderlo: de Brasil a México, de Australia a Canadá, pasando por Estados Unidos, se ha apropiado por la fuerza de territorios inmensos y ha destruido con extrema crueldad las poblaciones autóctonas. En África, Europa no se instaló (salvo en algunas partes), pero sembró las semillas del caos a través de la esclavitud y el colonialismo.
Y a principios del siglo pasado, españoles, italianos, yugoslavos, griegos, portugueses y suizos huían de la guerra y de las dificultades para rehacer su vida en los países vecinos o en América. Entonces, ¿por qué Europa tiene tan poca memoria? Si los jóvenes iraquíes, argelinos o senegaleses pudieran tener una vida decente en sus países, no desafiarían mil y un peligros para emigrar a Barcelona o donde sea.
Los dirigentes de los países de la emigración, en África, en Latinoamérica o en Asia, son los primeros responsables de esta situación, pues se trata de verdaderos depredadores. Sin embargo, no debemos olvidar que expolian sus países en total complicidad con las multinacionales y con todos esos políticos europeos que, con su perfecta hipocresía, afirman: “¡Los inmigrantes nos invaden, cerremos las fronteras!”. Muchos jóvenes de Mali, por ejemplo, se vieron en el paro cuando la industria del algodón desapareció, pues los países occidentales, que subvencionan sus productores de algodón, prohíben a su vez que el gobierno de Mali haga lo mismo.
La competencia es sólo aparente, las fábricas textiles cierran y miles de jóvenes se encuentran en la calle de un día para otro... ¿Qué quieren que hagan? Menos egoísmo y un orden internacional más justo sería un buen inicio para las soluciones a un fenómeno global, que se traduce en Ceuta, Melilla o Lampedusa por vergonzosas tragedias individuales. Las medidas que se toman para engañar a los electores siembran el odio en los corazones y son absolutamente ineficaces.
¿Te definirías como un escritor optimista?
Creo que es estéril establecer el debate sobre África entre optimistas y pesimistas. En África, como en el resto del planeta, encontramos lo mejor y lo peor. Mis novelas no describen un continente idílico, ni mucho menos. Intento mostrar las dos caras de la moneda sin dejar entender, como algunos autores, que nuestros fracasos son una fatalidad racial y que tenemos, por encima de otros continentes, una cultura de la violencia extrema. Hay que ser completamente idiota para afirmar que nuestro mundo es un remanso de paz y que sólo África perturba esta armonía universal.
¿Qué queda actualmente del afropesimismo?
Veinte años después ya no queda nada. La palabra ha sobrevivido, vacía de cualquier significado, y sólo te remite a un determinado estado de ánimo. Autores como Kabou y Etounga-Manguelle probablemente fueron valientes, pero releer sus escritos hoy en día es una experiencia muy curiosa: esos ensayos, perentorios, son tan débiles y precipitados que sorprende que se les hubiera tomado en serio cuando aparecieron en 1991. ¿Qué puede significar un análisis de África que amputa al continente de toda su parte septentrional? Al adoptar una aproximación así, esos autores promovieron una lectura racial de los procesos políticos y económicos muy complejos.
Con esto quiero decir que la llamada “África subsahariana” se encuentra muy lejos de ser un conjunto homogéneo. Fijémonos en mi ejemplo. Soy “senegalés”. ¿Esto significa algo? Mi historia personal, y mi relación con los demás serían muy diferentes si hubiera nacido en el Congo, en Mozambique, en Burundi o en Burkina Faso. Hacer de mí un “africano” perdido en una masa indiferenciada niega mi experiencia individual y colectiva (como las guerras, los grandes movimientos migratorios, las catástrofes naturales o las tragedias como la esclavitud y la colonización, o incluso los grandes acontecimientos deportivos) que han terminado por constituir, en el dolor, la felicidad o la incertidumbre, la nación senegalesa.
Por su visión antihistórica, el afropesimismo ha legitimado una confusión crónica sobre el continente africano, con frecuencia considerado como un único y mismo país. Lo más extraño es que este tipo de argumentos parecen reservados a África. A nadie se le ocurrirá pedir cuentas al gobierno de Delhi de lo que ocurre en Pakistán y a la inversa. No he escogido este ejemplo por casualidad: India y Pakistán formaban un “único y mismo país” hasta 1948. De igual modo, ¿quién se atrevería a mezclar las situaciones políticas de Chechenia e Italia, o confundir Hungría con Suecia o Francia?
Esta generalización abusiva tienen unos efectos perversos: África es sinónimo de fracaso, y los Estados que se esfuerzan por resolver sus problemas económicos y sociales nunca se les toma en serio. Generaciones enteras crecen con la idea de que su destino ha sido totalmente escrito antes de nacer, que no sirve de nada luchar para cambiar su existencia y que la caridad internacional es la única opción concebible. También reprocho al afropesimismo que juzgar y condenar a África tras sólo treinta años de independencia (tras siglos de un contacto destructor con Europa) es, con mucho, prematuro.
Esta especia de auto-racismo ha sido utilizado por los negrófobos de toda índole que citan a estos autores para validar sus prejuicios raciales. Estos pseudo-teóricos son, en parte, responsables de que África se vea como el lugar del despropósito político, ese “paraíso natural de la crueldad”, para retomar las declaraciones de Stephen Smith. Hemos visto los efectos trágicos de esta forma de “pensar” durante el genocidio de los tutsis en Ruanda: la comunidad internacional se mostró incapaz de medir el drama debido a su concepción de que los negros se matan entre ellos sin motivo, como de costumbre.
Otro de tus objetivos en África más allá del espejo son las élites políticas e intelectuales africanas...
Para mí es básico terminar con la confusión entre las élites y el resto de la población africana. Es la mejor manera de no dar un contenido racial a un debate esencialmente político. Los países africanos se encuentran en el ojo del huracán por culpa de un liderazgo desfallecido, cuando no directamente favorable a los intereses extranjeros. ¿Los españoles aceptarían que se les tuviera por responsables colectivos del franquismo? El fascismo les cayó encima como una enfermedad y continuaron con un sentimiento de impotencia. Del mismo modo, en 1961, el Congo se encontraba en un cruce de caminos. Ese país podía encaminarse a la independencia con Mobutu o con Lumumba. Hacía una gran diferencia verse dirigidos por uno u otro. Pues bien, los belgas y la CIA asesinaron a Lumumba e instalaron su agente en el poder. El resultado era previsible y resulta muy extraño que se permita identificar al pueblo congoleño con el fantoche sanguinario que se les impuso.
En otro de los capítulos, dedicado a la literatura africana, afirmas que el campo literario del continente, desprovisto de la relación epistolar entre escritores, de diarios íntimos, de memorias y de ensayos o confesiones, se reduce prácticamente a los textos de ficción. En tu caso, este ensayo, que es el primero que escribes, aparece tras la publicación de varias novelas. ¿Cómo has cruzado el umbral que separa ambos géneros?
En algunas partes del mundo, resulta complicado considerar la literatura como un simple pasatiempo. Si provienes, como yo, de un contexto desfavorecido, rápidamente te sientes empujado a escribir para luchar contra las desigualdades sociales, a veces terriblemente humillantes. Pero poco a poco te das cuenta hasta qué punto es inocente pretender cambiar el mundo a través de la ficción. Con una presión política tan fuerte, debes intervenir de una forma más directa en la prensa o en conferencias públicas.
Con el propio Verschave y Odile Tobner escribimos Négrophobie. Se trataba de una reacción concreta a un libro racista y revisionista del periodista francés Stephen Smith (y que desgraciadamente había tenido, es importante subrayarlo, un enorme e inquietante éxito en Francia). Más tarde mi respuesta al discurso absurdo de Sarkozy en Dakar, en julio del 2007, se convirtió en uno de los veintitrés capítulos de de L’Afrique répond à Sarkozy. Todos mis artículos sobre Ruanda fueron escritos con la misma voluntad de permanecer coherente con lo que pensaba y estaba sucediendo. Actualmente alterno ambos géneros, aunque en el fondo continuo siendo un novelista.
Senegal es un país fuertemente religioso y África es un continente donde la religión todavía es esencial para la mayoría de la población. Sin embargo, en tu libro no mencionas esta cuestión en ningún momento...
Para un intelectual senegalés es normal no centrarse en la cuestión religiosa. Nuestro país tiene muchos problemas, pero este lo ha sabido resolver. Senegal, un país con el 95% de población musulmana, ha estado presidido durante veinte años por el católico Senghor, y esto nunca molestó a nadie.
Piensa en algunos países ricos y verás que en asuntos de tolerancia política y religiosa, nosotros estamos muy por delante. Recordemos todas las miserias hechas en torno a Obama “acusado” de ser musulmán. Todavía ahora algunos de sus enemigos insisten en su “middle name” Hussein, ¡como si el simple hecho de llamarse así fuera un crimen abominable! Y tampoco será mañana que España o cualquier otro país europeo tendrá como presidente a un musulmán. En este terreno, no tienen que darnos lecciones.
¿Crees que tus escritos y reflexiones inciden en la mayoría de la población senegalesa? En otras palabras, ¿piensas que tus escritos son útiles?
No busco un resultado inmediato en mis textos, pues eso no sería nada realista. En todo caso, podemos esperar una acción en profundidad, a largo plazo. No me fío del ruido mediático. En Senegal decimos que los árboles que se desmoronan en el bosque hacen mucho ruido, mientras que los granos germinando bajo tierra crecen en el más absoluto silencio.
"África más allá del espejo" está editado por oozebap, Barcelona, 2009

Abdoulaye Badiane Maestro Senegalés, Nacido en la Provincia de Casamance al Sur de Senegal.
“Entré al mundo de la música a los 8 años, mi mejor amigo era hijo de un gran maestro Griot  muy conocido en toda la provincia,  su nombre era Abas Mbeng. Los Griot son músicos profesionales, mezcla de músicos e historiadores oficiales de las clases aristocráticas, que utilizan los tambores  como medio de comunicación.   El fue mi primer maestro con el aprendí a tener paciencia, resistencia y sentir la música, tres conceptos básicos y fundamentales.  Me enseñó la historia de los ritmos, cómo nacen y su riqueza.
A los 10 años comenzaron los problemas con mi familia, ya que mis padres no querían que yo fuera músico. Ellos no confiaban que se puede vivir de la música, y me presionaban para que estudiara otra profesión.   Sin embargo con la paciencia, la resistencia y el sentimiento por la música, insistí y convencí a mis padres de que era lo mejor para mi.  Así fue como comencé a estudiar música con mucha disciplina, seriedad y  responsabilidad.  Tocando en público con mi maestro Griot en fiestas y rituales jornadas de 6 horas sin parar, aunque era demasiado para mí, siempre pensaba en los tres conceptos básicos.
Luego tuve otros maestros de diferentes tribus y con ellos aprendí a tocar Seouruba y muchos otros ritmos. También tuve un gran maestro de Guinea Morli Turé  director de varios ballet importantes. Fue difícil al principio porque él era de otra región otro país y hablaba otro dialecto, con él aprendí mucho sobre el Djembe.  Él fue quien  me recomendó viajar a Guinea para seguir estudiando, y luego viaje también por Mali, Burkina Fasso y Costa de Marfil. Estuve casi un año fuera de mi país estudiando.
A los 14 años me presenté en un concurso de Música Tradicional en el Centro Cultural de mi Provincia. El premio era un contrato de trabajo por 6 meses en el exterior más precisamente en Bélgica. Concurrí sin muchas expectativas, porque había muy buen nivel musical entre todos los participantes.  Pero al llegar mi turno comenzaron por formularme preguntas relacionadas con las historias de los ritmos, y allí fue cuando me di cuenta que podía ganar el concurso, mis maestros me lo habían transmitido muy bien.
Al ganar el certamen primero fui a Dakar, la capital,  a formarme en pedagogía por 6 meses, luego a Bélgica, Francia, España y Alemania.  Estuve dando clases y seminarios sobre música africana en distintas universidades.
Cuando regresé a África comencé a dar clases y a dirigir varios Ballet de danza y percusión.
En el 99 conocí a un alumno Argentino que al año siguiente me propuso venir a la Argentina con un proyecto de trabajo. Ya acá en el país, en Córdoba, formamos un grupo de música Sabari Mama,  grabamos un disco, el proyecto duró un año y recorrimos varias provincias promocionándolo.  A fines del 2001 me vine para Buenos Aires quería aprender algo de tango. Me agarro el corralito y la devaluación, unos amigos Africanos me propusieron quedarme y acepte.
Ya instalado en Buenos Aires empecé a dar clases particulares de percusión, al principio con pocos alumnos y de a poco fui creciendo.   En el 2005 abrí una escuelita en San Telmo y elegí a Marcos y a Cristián, dos de mis mejores alumnos, para dar clases conmigo.   Así se fue desarrollando la escuela hasta hoy. Nos mudamos a un lugar más grande y cómodo en caballito, donde estamos trabajando todos los días dando clases de percusión, canto y danza tradicional africana. 
Es importante para mí agradecer a muchas personas que han colaborado conmigo para lograrlo, son muchos, a todos MUCHAS GRACIAS.

Clases de Percusión
El Maestro dará la clase con un instrumento de percusión africana, el “djembe” y las personas podrán aprender diferentes ritmos africanos.
A través de esta clase de percusión las personas podrán conocer mejor los diferentes ritmos y danzas.
La clase se inicia conociendo el origen del instrumento, luego se apredende a posicionarse frente al mismo, la postura del cuerpo frente al djembe, para posteriormente  buscar y lograr una conexión entre la persona y su tambor.
El "djembe" tiene tres sonidos y el alumno tiene que sacar estos tres sonidos que son "abiertos”, “cerrados” y “graves". Desde el principio se intenta acostumbrar la mano con estos tres sonidos. Para explicar como se tocan se parte de que la mano puede usarse de tres formas al tocar: usando la parte anterior, media mano o la mano completa.
En las clases se comienza a enseñar el ritmo de iniciación muy despacio intentando sacar los tres sonidos. A medida que se avanza con las clases el ritmo tiende a ser más rápido, siendo cada vez más parecido al ritmo normal.
Para adquirir el lenguaje de la percusión es necesario acostumbrar la mano y el oído durante muchas horas de ensayo.
Cada ritmo tiene muchos acompañamientos. Cuando el profesor considera que se ha alcanzado el ritmo normal de iniciación, él enseña ahora los ritmos de acompañamiento individualmente a los diversos componentes del grupo para diversificar el ritmo.
Los alumnos con más nivel en percusión podrán formar parte de un grupo de percusión de la escuela DARACHOSAN, el cuál podrá ofrecer espectáculos a beneficio  en lugares comunitarios como escuelas comedores etc.
Las clases se podrán tomar individualmente, de dos personas o grupal.