miércoles, 23 de marzo de 2011

Catastrofes en Africa

La Tragedia de África: ¿Viagra o Malaria?

Mientras unos nos entristecemos porque nuestro equipo ha perdido el campeonato  o la lluvia no nos deja ir a la playa este fin de semana, setecientos millones de personas viven en condiciones infrahumanas, enfermos, sin comida y, lo que es peor, sin esperanza. Son los más pobres entre los pobres, y se concentran en países geográficamente cálidos y tropicales. Y es, precisamente, la geografía la que explica una parte de sus muchos problemas: al tener un clima distinto, estos países se enfrentan a problemas radicalmente diferentes por lo que no pueden limitarse a “copiar” lo que hacemos los ricos.
Un ejemplo iluminador nos lo da el problema de la salud. La malaria, la tuberculosis y las variantes africanas del SIDA matan anualmente a cinco millones de personas. Poblados enteros son barridos anualmente por estas tres enfermedades ante la indiferencia de la comunidad internacional. Además de la tragedia humana, las consecuencias económicas de todo ello son devastadoras.  El SIDA mata a los trabajadores más jóvenes y productivos. La reducida esperanza de vida (que no llega a los 50 años) elimina los incentivos a la educación. En países como Etiopía, las tierras fértiles con agua abundante no son utilizadas al estar plagadas de mosquitos que transmiten la malaria, lo que obliga a la gente a emigrar a zonas más áridas y, cuando hay una sequía como la de este año, los muertos de hambre se cuentan por millones.
  A pesar de la gravedad de la situación, los recursos dedicados a desarrollar vacunas o curas para estas tres enfermedades son prácticamente nulos: entre 1975 y 1997 se han patentado en el mundo 1233 productos farmacéuticos, de los cuales solamente 13 eran para enfermedades tropicales. 
)Por qué no se hace investigación sobre un problema que afecta a tanta gente? Una explicación es que estos países no se pueden aprovechar de tecnologías desarrolladas por y para los ricos (en Europa y Estados Unidos no hay malaria, casi no hay tuberculosis y las variantes del SIDA que nos afectan son distintas). Por otro lado, los potenciales “clientes” de dichos medicamentos son muy pobres y, aunque se acabase descubriendo una vacuna, no podrían pagar el precio de compra. Finalmente, la industria farmacéutica sabe que, si acaba encontrando la vacuna contra la malaria, va a recibir fuertes presiones internacionales por parte de las ONGs para que las “regalen”. Antes de enfrentarse a una situación que les resultaría ruinosa, dichas empresas prefieren dedicar sus recursos científicos a solucionar los problemas médicos de los ricos, como la disfunción eréctil, con lo que la Viagra se inventa antes que la vacuna contra la malaria...y los africanos siguen muriendo miserablemente.
El profesor Michael Kremer, de la Universidad de Harvard, ha propuesto una simple fórmula para solucionar todo este problema. Se trataría de que los gobiernos de los países ricos se comprometieran a comprar un determinado número de vacunas a precio de mercado para luego regalarlas a los países pobres. Esto daría los incentivos necesarios a las multinacionales farmacéuticas para que hicieran I+D en malaria o tuberculosis, ya que el comprador sería un país rico, con lo que las presiones políticas una vez inventada la vacuna serían menores o nulas. Esta solución también permitiría a los pobres acceder a vacunas a precios reducidos o gratis, a la vez que garantizaría al país donante que no debería desembolsar ni una peseta si antes no hay resultados médicos. Otra ventaja es que, al donarse vacunas y no dinero, se evitaría el problema principal que tienen las donaciones monetarias y es que los gobiernos de muchos de los países receptores se tienden a gastar lo recibido en comprar armamento cosa que no hace más que empeorar la situación. En este sentido, Etiopía vuelve a ser un trágico ejemplo de esta perversa utilización de recursos, al reemprender su absurda guerra con Eritrea, justo cuando millones de sus ciudadanos mueren de hambre en la árida frontera somalí.
Los problemas que se podrían solucionar con esta estrategia no se limitan al campo de la sanidad. Por ejemplo, una de las autoridades en biotecnología africana, Calestous Juma, afirma que existen docenas de plantas que se podrían modificar genéticamente para que fueran más resistentes a las sequías y las constantes inundaciones que caracterizan la climatología tropical. Los países ricos podrían, pues, incentivar este tipo de investigación a base de comprar el producto final. Sería una primera contribución a la eliminación de las hambrunas que tan a menudo plagan el continente negro.  
En Estados Unidos ya se han hecho los primeros pasos. El presidente Clinton acaba de proponer al congreso la aprobación de una partida de 180.000 millones de pesetas con el objetivo de comprar vacunas para países pobres. El presidente del Banco Mundial, James Wolfesohn, habla de donar una cantidad similar. El gobierno español podría convertirse en el líder europeo de ayuda humanitaria y comprometerse a comprar a la empresa biotecnológica que la invente, unos miles de toneladas de semillas de algún cereal que tenga elevada productividad en un entorno árido, semillas que luego serían donadas a países tropicales pobres para que las utilizaran en sus cosechas. El gobierno español ganaría en imagen, no desembolsaría ni un duro si no hubiera resultados, y si los hubiera, se podrían aprovechar también en las zonas más áridas de España.



Sequia en Africa


Se calcula que la actual sequía que azota al continente africano, donde apenas ha llovido en los dos últimos años, afectará a 8 millones de personas que necesitarán ayuda de emergencia en Etiopía, Kenia, Somalia y Djibouti. Concretamente un millón de niños y niñas menores de cinco años podrían morir como consecuencia directa e indirecta de esta sequía, tal y como aseguran desde UNICEF . La muerte del ganado, la pérdida de los cultivos y la escasez del agua, así como el temor a que se propague el sarampión y la desnutrición son factores amenazantes para los habitantes africanos.
En colaboración con los gobiernos, el Programa Mundial de Alimentos y aliados de organizaciones no gubernamentales en los países afectados, UNICEF apoya programas de alimentación en Somalia, Kenia y Etiopía. Y durante los próximos seis meses tiene como objetivo ampliar aún más los programas de alimentación terapéutica, incluyendo un incremento en las campañas de vacunación y de vitamina A, así como el suministro de agua y de servicios de saneamiento. La organización también trabaja para minimizar los abusos y la explotación de niños y niñas como resultado de la pérdida de ingresos, los movimientos de la población y la competencia por los recursos. Para tal fin UNICEF solicita 16 millones de dólares adicionales (unos 13.370.771 euros).
Gerry Dyer, jefe de la Unidad de Respuesta Humanitaria de UNICEF, afirma que es de vital importancia que la población del Cuerno de África reciba ayuda inmediata. "Esta es la época de las vacas flacas y se aproxima esa parte del año en que la población suele disponer de pocas reservas de alimentos. Queremos garantizar que no se vuelvan a producir las graves situaciones de desnutrición generalizada de mediados del decenio de 1980 y principios de 1990. Para ello, este año tratamos de confrontar el problema con suficiente anticipación".
Esta sequía que se mantiene ya durante varios años ha provocado que se hayan perdido muchas cosechas y que el ganado se siga muriendo, lo que hace que las familias se vean obligadas a buscar otras fuentes de ingresos, aunque para ello deban abandonar sus aldeas y dirigirse a comunidades más grandes en busca de alimentos. Estas migraciones en las épocas de crisis aumentan el grado de vulnerabilidad de los niños y las niñas, que no pueden ir a la escuela y que a veces quedan separados de sus familias. En este sentido UNICEF espera que haciendo frente al problema de la sequía en el plano comunitario se aliente a la población a que no abandone sus hogares.

Los menores, los principales afectados

Miles de niños y niñas se enfrentan a la hambruna a causa del empeoramiento de la sequía que afecta al norte de Kenia. Por esta razón, el gobierno del país está distribuyendo raciones de comida entre las comunidades que viven en las zonas más afectadas y solicita ayuda urgente a la comunidad internacional. Además, la situación se ve agravada por una creciente ola de violencia y ataques en las zonas rurales por parte de milicias armadas.
Todo ello contribuye a que los niños estén malnutridos y a que sean vulnerables a enfermedades como el sarampión, la malaria, la neumonía y la diarrea. Durante la última campaña de vacunación contra la polio llevada a cabo por UNICEF, más del 80% de los niños y niñas de las áreas más afectadas recibieron suplementos de vitamina A para reforzar su sistema inmune. Sin embargo las graves restricciones de agua, los sistemas deficientes de saneamiento y la limitación en los servicios de salud, hacen empeorar la situación de todos estos niños y niñas. Esta realidad hace necesaria la ayuda y la colaboración de todos los ciudadanos.




            De momento, a los africanos no les podemos garantizar la salud, pero les podemos devolver la esperanza.


               La guerra de Africa


La Guerra de África o Primera Guerra de Marruecos fue el conflicto bélico que enfrentó a España con el sultanato de Marruecos entre 1859 y 1860, durante el reinado de Isabel II.

Terremoto en Africa
El USGS informó de que un terremoto de una magnitud de 6,8 grados sacudió la región conocida como Congo-Tanzania a las 12:19 GMT y situó el centro del mismo a 55 kilómetros al sudeste de la ciudad de Kalemie, en la República Democrática del Congo, y a 975 kilómetros al sudoeste de Nairobi.
Cientos de personas evacuaron los edificios oficiales en el centro de Nairobi, después del sismo a la espera de cualquier información sobre lo que está pasando.

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